Es difícil pasar de una etapa a otra. Es difícil imaginar que alguien a quien veías a diario va a distanciarse un poco. Aunque sepas que es para mejor, alejarte de un amigo no es una tarea sencilla. Hoy una amiga y hermana querida se va de mi trabajo y aunque espero seguirla frecuentando no deja de darme nostalgia pensar que esas bromas y anécdotas cotidianas se acabarán.
Sobre todo cuando esa amiga es un oasis en el desierto, cuando es el lado amable, el refugio en la tormenta...
Hoy me siento melancólica, saber que mañana es todo lo que nos queda y que después ya no estará tu sonrisa hace que me sienta un tanto sola. Lo que me hace sonreirte aún, es saber que vas hacia el camino que Dios te ha puesto y que vas a crecer y ser de bendición en otro lugar.
Gracias por tu amor, tu amistad, tu risa franca. Gracias por ser mi amiga querida y por tenerme cada día en tus oraciones, tú estás en las mías y en mi corazón.
jueves, septiembre 10, 2009
Cuando un amigo se va
Publicadas por
Ana Figueroa
a la/s
6:26 p.m.
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