domingo, mayo 18, 2008

¿Vivimos en integridad?


Somos integros o no? Este tema parece ser algo recurrente en estos días para mi. Hoy aprendí gracias al Perro que la integridad es que nuestra mente, espíritu, alma y cuerpo sean una sola cosa. Es decir, que lo que hagamos, sea con todo nuestro corazón y pensamiento en ello. Tuve una experiencia en mi trabajo esta semana. Una compañera maestra de primaria me platicó el caso de un niño que le contaba a otros como su papá los había llevado a comer a un restaurante y después de que los comensales de la mesa al lado suyo pagaron y se levantaron, el señor se acercó a la mesa y revisando la propina dijo "ni que la vieja se mereciera tanta propina" acto seguido, tomó un billete que había allí y dejó unas monedas que acompañaban dicho billete. Platicaba hoy este caso con los jóvenes de mi iglesia para ilustrar porque los padres deben instruir en justicia a sus hijos siempre y en todo lugar. ¿Qué tanto repercutió en ese niño la acción de su padre? ¿Cuál será el costo que este padre deberá pagar por esta acción? Quizás no lo sepa nunca pero me quedé pensando en lo importante que es cada una de las cosas que hago, por mas pequeña que sea y como esto afecta o afectará a quienes me rodean. Quiera Dios que el evangelio no sea blasfemado por mi culpa por acciones hechas sin meditar y que por su falta de integridad lastimen a otros o peor aún estorben el avance del reino.