domingo, mayo 18, 2008

¿Vivimos en integridad?


Somos integros o no? Este tema parece ser algo recurrente en estos días para mi. Hoy aprendí gracias al Perro que la integridad es que nuestra mente, espíritu, alma y cuerpo sean una sola cosa. Es decir, que lo que hagamos, sea con todo nuestro corazón y pensamiento en ello. Tuve una experiencia en mi trabajo esta semana. Una compañera maestra de primaria me platicó el caso de un niño que le contaba a otros como su papá los había llevado a comer a un restaurante y después de que los comensales de la mesa al lado suyo pagaron y se levantaron, el señor se acercó a la mesa y revisando la propina dijo "ni que la vieja se mereciera tanta propina" acto seguido, tomó un billete que había allí y dejó unas monedas que acompañaban dicho billete. Platicaba hoy este caso con los jóvenes de mi iglesia para ilustrar porque los padres deben instruir en justicia a sus hijos siempre y en todo lugar. ¿Qué tanto repercutió en ese niño la acción de su padre? ¿Cuál será el costo que este padre deberá pagar por esta acción? Quizás no lo sepa nunca pero me quedé pensando en lo importante que es cada una de las cosas que hago, por mas pequeña que sea y como esto afecta o afectará a quienes me rodean. Quiera Dios que el evangelio no sea blasfemado por mi culpa por acciones hechas sin meditar y que por su falta de integridad lastimen a otros o peor aún estorben el avance del reino.

domingo, abril 27, 2008

Lo que creemos demasiado visto...


Hace unos días por cuestiones de trabajo tuve que viajar hacia Tijuana en avión. Resulta que después de unas dos horas de vuelo comencé a ver una especie de pared azul con la que parecía que nos impactaríamos. Con gran emoción contemplé por la ventanilla hasta que nos acercamos a eso que tal como suponía, resultó sera el golfo de California. Fue una vista impresionante para mi, ver el desierto y atravesar el mar para llegar a la península. De regreso, el cielo estaba completamente cerrado por nubes y cuando despegamos y comenzamos a tomar altitud, llegó un momento en el que atravesamos las nubes espesas, quedando éstas por debajo de nosotros como un gran edredón confortable, y al ver esto en la ventanilla solté un "wow" del que apenas fui conciente. Lo gracioso no fue que lo hiciera en voz alta, sino que lo hice al mismo tiempo que un niño como de 6 años que iba en el asiento atrás de mi. Pero lo más triste fue que de un avión con 86 personas solo dos nos maravillamos de la obra de nuestro Señor.

Sin embargo, después me quedé pensando en la poca capacidad que tenemos los seres humanos para sorprendernos de lo que Dios hace por nosotros y de lo que ha hecho tanto en la naturaleza como en nuestras vidas. Damos por sentado tantas cosas que se nos olvida que existe un milagro en cada pequeña criatura, en cada latido de nuestro corazón y sobre todo en que aunque el cielo que se nos hace tan inmenso no puede contener a nuestro Dios, Él decidió habitar en nosotros siendo tan insignificantes, eso si que es un milagro inconcebible.

Gracias Dios por amarnos de esa forma y de hacer todas las cosas hermosas en su tiempo.

"Los cielos cuentan la gloria de Dios, Y el firmamento anuncia la obra de sus manos" Salmo 19:1